La cascada del tesoro vikingo

Skógafoss es una de las bellezas naturales de Islandia. Se trata de una cascada preciosa, muy caudalosa y que tiene como particularidad que se puede contemplar desde abajo y desde arriba.

Según la leyenda, el primer colono vikingo en la zona, Þrasi Þórólfsson, enterró un tesoro en una caverna detrás de la cascada. Un chico local encontró el cofre años después, pero sólo era capaz de agarrar la arandela en el lado del cofre antes de que desapareciera después.

Skógafoss es una de las cascadas más grande del país con una anchura de 25 metros y una caída de 60 metros. Debido a la cantidad de espuma que produce constantemente la cascada, un arco iris simple o doble es normalmente visible en los días soleados.

Se encuentra en el sur de Islandia. En el lado oriental de la cascada, un sendero para excursionismo lleva hasta el paso Fimmvörðuháls entre los glaciares Eyjafjallajökull y Mýrdalsjökull. Baja a Þórsmörk en el otro lado y sigue hasta Landmannalaugar.

Como recomendación, os diré que antes de acercaros a Skógafoss os vistáis con un impermeable, ya que el impacto del agua contra el suelo es espectacular, y también os puede dejar calados.

Otro consejo es que dediquéis un buen rato a contemplarla desde lejos, ya que con una perspectiva panorámica se aprecia mucho mejor su belleza. Si tenéis suerte y algún rayo de sol se cuela en la cortina de agua, podréis ver un precioso arco iris adornando el acantilado verde.