Hace unos años hice un par de viajes a Francia: el primero, fue un viaje en coche por la Costa Azul hasta la frontera con Italia; y el segundo fue un recorrido por el oeste de Francia, el valle del Loira, el Mont Saint Michelle y vuelta a España por el centro del país. La verdad es que cada uno de ellos tiene su propio encanto.
La Costa Azul me sorprendió con lugares tan conocidos como Mónaco, Cannes, Niza, etc. En esta ocasión, disfruté de las costas y las playas francesas y la belleza de la famosa Costa Azul con todo su encanto. Recuerdo especialmente el Paseo de los Ingleses en la localidad de Niza con los famosos hoteles mirando a la playa. Y los famosos mercadillos en los que se vende de todo; depende del día de la semana, hay frutas y verduras, antigüedades, etc. En Mónaco disfrutamos de las famosas calles en las que se celebra el gran premio de Fórmula 1, o el famoso casino, los lujosos yates, etc.
Y en esta visita a Francia también descubrí lugares nuevos que me encantaron, como el caso de Antibes, un pueblecito de la Costa Azul lleno de encanto; y la ciudad de Arlés, una visita cultural imprescindible y el lugar donde el pintor Van Gogh se cortó su oreja. Y como fin del viaje, fuimos a visitar Carcassone, una ciudad medieval con un espectacular castillo.
En mi segundo viaje descubrí la enorme duna de Pilat, la preciosa ciudad de Burdeos, los famosísimos castillos del valle del Loira, un poquito de la región de la Bretaña, la ciudad de Saint Malo y el Mont Saint Michelle, que impresiona aunque hayas visto un millón de fotos de este lugar.
A la vuelta, pasamos por Toulose y por Albi, una ciudad famosa por su catedral y por el museo de Toulose Lautrec.
Y éstos han sido, en líneas generales, mis dos grandes viajes a Francia. Pero también he tenido pequeñas escapadas a París; sin duda, una ciudad preciosa. Os recomiendo una vista general de la ciudad desde las escaleras de la iglesia del Sacre Coeur, y por supuesto, una visita a la Torre Eiffel. Y como algo diferente de lo tradicional, os animo a hacer un picnic a la orilla del Sena con una buena selección de quesos y vinos franceses.
Como podéis ver, en mis viajes he intentado disfrutar y conocer un poquito más de la cultura, el arte y el estilo de vida francés. Y tengo que reconocer que lo que más me gusta son los pequeños pueblecitos con su iglesia y su panadería, son una delicia!
Por supuesto, no nos podemos olvidar de la excelente oferta gastronómica. No dejéis de probar los deliciosos platos típicos tradicionales. Os aseguro que la mejor comida francesa puede estar en un restaurante con estrellas Michelín o en un pequeño pueblo por el que paras en el camino.
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Fotografía: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWukZezBB__mOCFwY0xVaUeCBYlpv8dyzhVE1jKWSoNSxenuvjeYMcHZr1z92QZj0CFWjviWzYPx0qUXAs4t3PwpqyD1vkZRLCKJdgDUoGrVDU-OYeN2vW_ThzQdrmWIGpVp93cxUAN0t3/s1600/conexao-hoteis-champs-de-mars-paris-torre-eiffel.jpg