Sidi Bou Said: un pueblo en blanco y añil

En un viaje a Túnez nos aguardan pueblitos bereberes que enamoran, aunque ninguno como éste. Una pequeña joya elevada en un promontorio sobre el Mediterráneo con sus casitas pintadas en blanco y añil. 

En las proximidades de la capital de Túnez, se encuentra en pueblo de Sidi Bou Said, un pueblecito por callejuelas peatonales y escalinatas entre las que se levantan sus casitas de blanco y añil exquisitamente conservadas, que se abren con grandes portones con remaches de metal y se adornan con la protectora mano de Fátima, que guarda a sus moradores de la mala fortuna.

Pulcro y resplandeciente, envuelto en los aromas de jazmines, pelargonios y azahar, Sidi Bou Said se descuelga desde una colina enredándose en el blanco de su increíble luminosidad y de sus casas encaladas y en el azul intensísimo de la bahía de Túnez, del cielo, y de las puertas que insistentemente se pintan en este color, al igual que sus ventanas de celosía, desde las que las mujeres podían mirar a la calle sin ser vistas.

En Sidi Bou Said no hay visitas obligatorias. Lo suyo es, simplemente, caminarlo sin mapa, porque no hay pérdida posible, en busca de sus esquinas más favorecidas. A quien le apetezca no estaría mal una visita al palacio de Ennajma Ezzahara, transformado en un museo y centro de estudio de las músicas del Mediterráneo, aunque sólo sea por el placer de pasear por sus jardines y apreciar su decoración.

Las grandes y primorosas jaulas de alambre artísticamente trabajado que se utilizan aquí de decoración, sin necesidad de encerrar pájaro alguno dentro. Aunque hoy se pueden adquirir en los zocos de todo el país, son típicas de Sidi Bou Said y constituyen un regalo precioso.

Fuente: https://www.hola.com/viajes/2010092044823/sidi-bou-said/tunez/africa/ 
Fotografía:  https://images.fineartamerica.com/images-medium-large-5/cafe-des-delices-in-sidi-bou-said-yinguo-huang.jpg